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miércoles, 5 de agosto de 2009

TÚ ESCOGES A TUS PADRES

Cuando somos muy pequeños, aprendemos cómo debemos sentir en relación a nosotros mismos y sobre la vida, de acuerdo al aprendizaje que recibimos de los adultos que nos rodean. Si viviste con personas muy desdichadas o asustadas, llenas de culpabilidad o ira, entonces aprendiste muchas cosas negativas acerca de ti y de tu mundo. Y las convicciones de éste tipo, generan una vida frustrante.

Cuando crecemos, tenemos la tendencia de volver a crear el ambiente emocional de nuestra primera vida en el hogar. Al convertirnos en adultos, tendemos a volver a crear en nuestras relaciones personales, las mismas relaciones que tuvimos con nuestro padre o con nuestra madre, o lo que existía entre ellos. Nos tratamos de la misma forma en que nos trataron nuestros padres.

Nos regañamos y nos castigamos en la misma manera. Asimismo, nos amamos y nos alentamos, si fuimos amados y alentados de niños. Lo mismo le sucedió a nuestros padres con nuestros abuelos y así sucesivamente, generación tras generación. Un niño golpeado será un padre golpeador, un hijo de alcohólico, lo más probable es que se vuelva alcohólico o busque una pareja alcohólica.

Sin embargo, no podemos culpar a nuestros padres por ello. Todos somos víctimas de víctimas y era imposible que ellos nos enseñaran algo que no sabían. Hicieron lo mejor que pudieron con lo que se les enseñó de niños, al igual que nosotros estamos haciendo con nuestros hijos.

Pero es importante que sepamos una cosa: Nosotros escogemos a nuestros padres. Cada uno de nosotros decide encarnarse en este planeta en ciertos momentos en el tiempo y el espacio, para venir a cumplir una misión. Optamos libremente venir aquí, para aprender una lección particular que nos hará avanzar en nuestro camino espiritual evolutivo.

Escogemos nuestro sexo y nuestro color, nuestro país, luego buscamos a los padres que en particular reflejen el patrón genético que venimos a aprender para mejorarlo en esta vida, y así cumplir con nuestra misión.

Es importante saber que el pasado que vivimos era absolutamente indispensable para el aprendizaje correspondiente de cada uno. Haya sido bueno o malo aparentemente, fue perfecto para nuestro desarrollo.


Cómo verás, no eres culpable de nada, ni lo son tus padres ni tus adversarios, al contrario ellos fueron tus mejores colaboradores y los actores principales de la película que te tocó estelarizar.

Lo mismo sucede con aquellos verdugos en nuestro camino. En realidad son ángeles disfrazados de demonios para ayudarnos a manera de espejo, para ver nuestras limitaciones y carencias, para transformarlas en algo mejor y nuevo.

Partiendo de que hay reencarnación, es decir naces y mueres, y vuelves a nacer y morir, pero lo único que muere es el cuerpo y el alma sigue su viaje de perfección. Se cree que se regresa a la tierra alrededor de 225,000 veces, antes de poder pasar a otro planeta u estado evolutivo más avanzado.


El alma es inmortal, nunca muere, el cuerpo tan sólo es una cáscara, una envoltura que nos sirve para transitar en éste planeta.

Imaginemos que te mueres, entonces llegas a allá arriba con los señores de karma, es decir los seres sabios de la hermandad blanca de luz, que tienen en un libro (llamado registro akáshico) el registro de todo lo que has hecho en tu vida y te pasan la película. Te dicen: "Mira, en tu pasada vida hiciste esto y el otro y aprendiste a tener disciplina y ganaste dinero pero a costa de los demás. Te casaste pero no quisiste a tu esposa y tenías otra casa con otra esposa y más hijos a los que tampoco hiciste feliz. Entonces ahora te toca bajar a la tierra nuevamente y aprender el otro lado de la moneda. Entonces te tocarán unos padres que no tengan dinero, que se divorcien y estén separados de ti, para que aprendas la independencia y el dolor que alguna vez causaste y entonces busques y anheles en verdad... el verdadero amor.

A los que les ha tocado unos maravillosos padres, quiere decir que tienen muy buen karma (cuentas kármicas adquiridas en otras vidas). Cuando te toca padres con los que no te llevas bien, quiere decir que tú fuiste exactamente como ellos en otras vidas, tú tenías esas características y por eso te las ponen enfrente para que las trabajes.

Ejercicio de perdón con los padres

Te sientas con la espalda derecha y los ojos cerrados, las plantas de los pies bien puestas en el piso. Visualizas a tu padre, pones su imagen frente a ti, entonces le dices todo lo que no le has podido decir, todo lo que te ha molestado, lo que te ha herido y también lo mucho que te ha enseñado. Después permites que él te hable y te diga sus motivos. Cuando hayas terminado trata de verlo con total aceptación y amor y le agradeces que haya sido el canal por el cual aprendiste ésta experiencia.
Ejemplo: TE agradezco infinitamente papá, que hayas cumplido tu contrato de ser mi padre, te libero y me libero, te pido perdón si te lastimé de alguna forma y te perdono.
Ahora le permites a él que también te pida perdón y te acepte. Entonces le envuelves en un haz de luz violeta desde los pies a la cabeza y ves como se aleja hacia el cielo con todo el amor que seas capaz de sentir.

Después con la imagen de tu madre haces lo mismo. Esto trae una liberación impresionante y sobre todo para aquellos que tienen problemas con sus padres y que les es imposible establecer comunicación con ellos en la vida real, con este ejercicio pasan cosas milagrosas, porque después de hacerlo la relación con los padres cambia de una manera sorprendente.

Louise L. Hay,
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